El mes pasado tuve la suerte de estar en Luzón, un pequeño pueblo de de Guadalajara de unos 50 habitantes, los cuales hacen todo y más por lograr que en él haya una actividad cultural y social envidiable. Una de estas actividades es una tradicion que se recuperó en los años 80, pero que en realidad tiene varios siglos de antigüedad: Los Diablos de Luzón; por Carnavales los jovenes del pueblo se pringan con una pasta hecha con aceite y hollín y disfrazados con los vestidos que véis persiguen y tiznan a todo aquel que no va disfrazado.
Me trataron estupendamente, muy buena gente la de Luzón. Volveré!
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